Papa Francisco: Impedir Rescate de Migrantes en el Mar es un Gesto de Odio
El Papa Francisco ha condenado firmemente la negativa de rescatar a migrantes en peligro en el mar, calificándola como un acto de odio hacia la humanidad. Durante un servicio de oración interreligioso en un monumento dedicado a los desaparecidos en el mar, el Papa, de 86 años, declaró que salvar a quienes corren el riesgo de ahogarse es un deber ineludible de la civilización y la humanidad.
El arzobispo de la ciudad, el cardenal Jean Marc Aveline, también criticó a los políticos que obstaculizan los esfuerzos de las ONG y sus embarcaciones para rescatar a personas en peligro en el mar, equiparando esta acción a un delito tan grave como el de los traficantes de personas.
El Papa expresó su agradecimiento a los grupos de rescate de migrantes que a menudo enfrentan bloqueos y obstáculos por parte de las instituciones políticas. Según él, estos gestos de odio contra los migrantes deben ser repudiados.
A pesar de no mencionar directamente ningún gobierno del Mediterráneo durante el servicio, el Papa y Aveline subrayaron la importancia de la solidaridad y la responsabilidad compartida en la crisis de los migrantes en el mar. Este llamado a la acción tiene ecos de la primera visita del Papa a Lampedusa en 2013, donde lamentó la «globalización de la indiferencia».
Las ONG han denunciado que algunos gobiernos han bloqueado la salida de sus barcos desde puertos del Mediterráneo, a menudo sin justificación. Además, se han quejado de que se les obliga a atracar en puertos distantes de las áreas donde suelen estar las embarcaciones de inmigrantes.
Según ACNUR, alrededor de 178.500 inmigrantes han llegado a Europa a través del Mediterráneo en el transcurso del año, pero trágicamente, alrededor de 2.500 han muerto o desaparecido en el proceso. Italia ha registrado la llegada de casi 133.000 inmigrantes por mar este año, casi el doble que en el mismo período del año anterior.
Los esfuerzos de rescate marítimo en Italia y Grecia han estado bajo escrutinio después de dos graves naufragios. El gobierno italiano ha enfrentado críticas por restringir las actividades de las embarcaciones de rescate gestionadas por organizaciones benéficas.
En un trágico incidente en febrero, un barco de inmigrantes que partió de Turquía se estrelló contra rocas cerca de Cutro, en el sur de Italia, dejando al menos 94 muertos. A pesar de que las autoridades detectaron la embarcación, la guardia costera no pudo intervenir a tiempo.
En Grecia, sobrevivientes de un naufragio en junio en el que murieron cientos de inmigrantes afirmaron que su pesquero sobrecargado volcó después de un intento fallido de remolque por parte de la guardia costera, aunque las autoridades griegas niegan estas acusaciones.
El Papa, quien fue recibido en el aeropuerto de Marsella por la primera ministra Elisabeth Borne y se reunirá con el presidente Emmanuel Macron, viajó para concluir un encuentro entre jóvenes católicos y obispos de la zona del Mediterráneo. Aunque ha instado a los 27 países de la UE a compartir la responsabilidad de apoyar a los inmigrantes, su postura en favor de las víctimas ha irritado a los políticos conservadores, especialmente en Francia, donde ha calificado su exclusión como «escandalosa, repugnante y pecaminosa».
